¿Lévi-Strauss dijo que las reglas de
parentesco son un sistema de comunicación/intercambio de mujeres?
Pues claro.
¿Y lo dejaron salirse con la suya?
Usted vió como es de selectiva la
corrección política en la academia, señor.
Lévi-Strauss era un capo de salirse
con la suya. Lo del intercambio de minitas según reglas de
comunicación viola toda pauta de corrección política. Pero en mi
edición Altaya color verde tapa dura de esas que se compran en el
puestito de diarios con los que uno envuelve las papas al otro día,
y si es afecto al página su verdulero capaz que sus papas las
envuelve jose pablo o Galeano (o quizá Ortega y Gómez), bueno, en
mi edición altaya traducción de la bruja verón, p. 235, tercer
párrafo, Levi-Strauss nos regala una pieza de altísima oratoria,
que yo lo quisiera contratar para la más áspera diplomacia, o para
dar los números del INDEC ante la prensa.
Si yo le escuché bien dice mi amigo
dice, y le aplico recursivamente el método a su propio mito,
empezando por ponerlo en frases muy cortas para que bien se entienda,
que: a) va a ejemplificar el método; b) con un ejemplo cómodo
porque todos saben el cuento; c) que no es del todo apropiado como
ejemplo; d) para aplicar una técnica; e) sin pretender sacar ninguna
conclusión de ello ¡Ni dar la interpretación del mito!
Pero vamos al mismísimo texto:
“Ha llegado el momento de ilustrar el
método de un modo más directo. Tomaremos como ejemplo el mito de
Edipo, que ofrece la ventaja de ser conocido por todos, lo cual evita
relatarlo. Sin duda este ejemplo no es el más adecuado para una
demostración. El mito de Edipo nos ha llegado en redacciones
fragmentarias, más inspiradas en una preocupación estética o moral
que en la tradición religiosa o el uso ritual, suponiendo que tales
preocupaciones hayan existido alguna vez a su respecto. Pero para
nosotros no se trata de interpretar el mito de Edipo de una manera
verosímil, y menos aún de ofrecer una explicación aceptable
para el especialista. Simplemente queremos ilustrar por ese medio
-y sin extraer ninguna conclusión en lo que atañe al mito de
Edipo mismo- una cierta técnica, cuyo empleo
probablemente no es legítimo en este caso particular, en razón
de las incertidumbres que acaban de ser indicadas.” [Todos los
resaltados me pertenecen].
En la jerga popular es algo así como
que el chamuyo que te quiere vender te lo va a explicar con un
ejemplo, que es fácil porque todos saben qué es, osea que no se
juega con una versión propia de la historia (y apela a lo que cada
uno saque de su propia mollera, con lo cual va ganando ventaja), pero
como sabe que hay mitógrafos de verdad, de esos que viven con la
cabeza metida entre archivos polvorientos, y formación clásica, y
le van a pintar la cara en la Sorbona, dice que tampoco hay que
entenderlo como especialista; de todos modos, igual vamos a aplicarle
el método a eso que todos conocen si han escuchado del mito (Edipo,
en este caso), y al final no pretende sacar ninguna conclusión, sino
ilustrar el método. A esta altura yo casi como que creo que me
quiere exlicar el método por el ejemplo, y viceversa, pero en ambos
casos son entelequias del maestro, porque ni entendí todavía qué
era el método estructural, ni tampoco su Edipo, si no es alguna de
las cosas que Levi-Strauss ya ha descartado. Capaz que es una
dialéctica método/ejemplo, así como las de Hegel. Y a mí el
hegelianismo me produce el mismo mareo mental que el gödelismo, o
doctrinas iniciáticas semejantes. Yo solo quiero mi doctorado en
antropología, y el premio Castaneda a la tesis que le gane en
chapucería e improvisación, por no decir ligereza y frivolidad, a
la explicación bungeana del peronismo. Así me paso una temporada en
Berkeley. Hablando de la hermenéutica en Kusch.
Los dejo con la pieza que continúa la
ya citada, que la sigo leyendo y no puedo dar crédito a lo que
escuchan mis ojos:
“La “demostración” cabe, pues,
entenderse no en el sentido que el científico da a ese término,
sino, en el mejor de los casos, en el que le otorga el vendedor
ambulante: no se trata de obtener un resultado, sino de explicar, lo
más rápidamente posible, el funcionamiento de la pequeña máquina
que busca vender a los mirones”.
Capo Lévi-Strauss.
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